lunes, 20 de diciembre de 2010

Las cosas que me entristecen en esta ciudad...








Adiós, al novio de Caracas


"William Niño murió llevándose en la cabeza una Caracas habitable". Zapata


A William Niño Araque le vi en muchos sitios, situaciones, pautas y épocas, pero el telón común siempre fue Caracas. Para hablar sobre la instalación del Museo Leander en el Parque del Este, en foros sobre el destino de La Carlota, para tratar el terrible problema de la movilidad en la capital, para conversar sobre las fachadas del centro de Caracas y siempre para combatir acciones ominosas en contra del patrimonio de la capital. Incluso recuerdo que me sorprendió tropezarme con su nombre como jurado de algún evento del Miss Venezuela, donde se le nombró como "El novio de la ciudad".
En todos esos actos estaba. Con su voz nasal. Con sus gafas de pasta y su hablar desenfadado con los periodistas de la fuente Ciudad. Nuestras últimas conversaciones, hace más de un año, fueron sobre un proyecto para analizar la carretera Panamericana y sus posibilidades. "¿Has pensado que los niños que nacieron en los barrios aledaños no tienen la idea de lo que es un parque, un mobiliario urbano, que su vida depende de una pasarela?", me preguntó.
Me relató también la experiencia de su programa de radio junto al arquitecto y escritor Federico Vegas. Me dijo emocionado: "Le ponemos una banda sonora apropiada al tema. Por ejemplo, hablamos de Plaza Venezuela y el tema musical de cierre es Giro de Fito Páez. ¿No te parece maravilloso", contó emocionado.
No tuvo pegas en reconocer la rehabilitación de parte de El Silencio y felicitar a las autoridades de turno cuando se movilizó a los buhoneros de los espacios públicos del centro. "Quien quiera que haga algo bueno por Caracas merecerá siempre mi agradecimiento, sin importar su color político". Así de llano lo dijo a los reporteros e incluso en la televisión, donde invitó a los caraqueños a recorrer el casco histórico.
Con su partida, Caracas pierde a un conocedor profundo de sus orígenes, un observador perenne y crítico de sus fenómenos, a un ciudadano que sentía verdadero dolor y conmoción ante sus desgarres, un amante de las experiencias positivas del valle. Que la semilla de sus iniciativas por la ciudad hayan quedado sembradas en quienes quieran una Caracas distinta, verde, amable.

Briamel González Zambrano


Fotografía: Natalia Brand para el-universal.com. Asistente de fotografía: Anita Carli. Fotoilustración: Gabriel Naranjo, publicada originalmente en La Caracas de William Niño Araque.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Las cosas que descubro en esta ciudad...



Se busca a FE*
Le vengo siguiendo la pista desde hace unos seis meses. Y no por loca, sino porque me encanta su trabajo. Este chico -bueno, o chica no sé- que firma con las letras FE se ha encargado de empapelar la ciudad con las obras de Van Gogh, Matisse, Degas y Picasso. Algo maravilloso, si se considera que lo único que decora las calles de Caracas es propaganda política o pintas de grafittis. En un post que publiqué en mayo les hice una galería con varias de sus obras que estaban -en pasado, porque ya las quitaron-ubicadas en Chuao y en el bulevar de El Cafetal. Ahora, ha vuelto a hacer de las suyas en los muros de Las Mercedes. Incluso, con unos esténciles parecidos a los de Ergo, pero hechos con papel periódico. Su trabajo es demasiado interesante. Si usted lo conoce o tiene alguna idea de cómo ubicar a FE, escríbame que lo ando buscando para agredecerle lo que hace por esta ciudad.
*PD: La recompensa se las debo :D



Mirelis Morales Tovar
@mi_mo_to

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Las cosas que otros ven en esta ciudad...

La otrora Caracas...

Había una vez una gran ciudad. Un lugar admirado por muchos. Envidiado por otros. Era la cuna de la modernidad. Un terreno fértil para nuevas ideas, para crecer, para vivir, para soñar. Esa urbe quedó registrada en este documental que realizó Creole en 1956 para captar mano de obra estadounidense y que descubrí gracias al urbanista Enrique Larrañaga. Me dio nostalgia ver lo grande que fuimos, lo maravillosa ciudad que proyectábamos ser y en lo rezagados que nos quedamos.

***

Viajé a Caracas en avión, por supuesto, aterrizando en Maiquetía, justo sobre las costas el Caribe. Luego, comenzamos a subir la montaña a través de una de las vías más impresionantes del mundo, la autopista. Nos tomó apenas unos veinte minutos subir hasta los mil metros de altitud en que se encuentra Caracas.

De repente, estábamos en la ciudad. Está sentada sobre un valle estrecho, justo detrás de las montañas sobre la costa. El área central está dominada por el Centro Simón Bolívar, un edificio parecido al Radio City, sólo que las super-autopistas pasan a través y por debajo de él.

El chofer me dio una vuelta por la ciudad. Me mostró los nuevos desarrollos hacia el Este, donde hace apenas 10 años había plantaciones de café y caña de azúcar.

Usan muchísimo color en los edificios. A veces sólo como decoración y otras por efecto artístico: mosaicos gigantes de seis o diez pisos de altura.

Algunas áreas residenciales son casi futuristas pero otras son tan tranquilas que te parece estar en otro mundo.

Desde que llegué he estado estado estudiando español; estoy escribiendo esta carta en un receso entre clases, pero mañana es dominfo y espero ver más de la ciudad.

Ya te dije lo moderna que es Caracas. Bueno, si el resto de la ciudad es moderna van a tener que inventar una nueva palabra para describir la Universidad Central: créeme, no tiene nada que ver con las universidades del Ivy League. La Ciudad Universitaria es uno de los lugares impresionantes de Caracas, otro ejemplo de la prosperidad que el petróleo ha traído a Venezuela.

La Universidad no es sólo ella misma, sino que es parte de la ciudad y le ofrece muchas cosas, desde un Hospital hasta hermosos estadios de fútbol y béisbol.

Los caraqueños se siente especialmente orgullosos de sus proyectos de vivienda para bajos ingresos. Grandes edificios de apartamentos, incrustados en las colinas; no hay nada como esto en nuestro país.

Pero algunas cosas son justo como en nuestro país: las nuevas secciones de negocios; las vitrinas llenas con mercancía comprada de Estados Unidos y la apariencia conocida de todos los carros americanos, para no mencionar el tráfico...

Traducción: Enrique Larrañaga

jueves, 2 de diciembre de 2010

Las cosas que otros escriben de esta ciudad...



***
Conocí un personaje maravilloso de esta ciudad gracias al trabajo periodístico de mi amigo Jonathan Gutiérrez. Y no quería dejar de compartirlo con ustedes. Se trata de Arthur Kahn. Un perfecto desconocido, si nos remitimos sólo a su nombre. Pero si miramos más allá, veremos que el genio de este hombre centenario modeló parte de la arquitectura de Caracas. Aquí un abreboca de su perfil publicado en la revista Todo en Domingo. Espero que se enamoren de su historia tanto como yo...

Los 100 años del último moderno
En un sillón de cuero está sentado Arthur Kahn. Está cumpliendo 100 años. Es arquitecto, tal vez uno de los más importantes del sigo XX en Venezuela. Sin embargo, muy pocos conocen su trabajo. Arthur Khan diseñó el Pasaje Zingg, el emblemático Edificio Altamira de la Plaza Francia, el del Instituto Anatomo-Patológico del conjunto de la Ciudad Universitaria de la UCV, el célebre Hotel Nacional. También la primera etapa del IVIC (Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas), el edificio BECO-Blohm de la esquina de Puente Yánez, la Torre Aco de Las Mercedes, entre otros íconos de Caracas. A pesar de una obra tan relevante, son casi inexistentes los registros de su trabajo en los libros de histpria de la arquitectura en Venezuela. Todavía hay quienes se preguntan quién es Arthur Kahn.
Jonathan Gutiérrez
Fotos: Efrén Hernández
Texto escrito para la Revista Todo en Domingo
Versión completa http://www.el-nacional.com/