jueves, 21 de julio de 2011

Las cosas que reflexiono en otra ciudad...



Un triunfo fuera de las canchas
Hay tanto que decir, que creo que es mejor no decir nada. No hay palabras para describir lo vivido. Para explicarle al resto del mundo lo que sentimos durante estos días de Gloria. Rescatamos lo mejor del país. Nos unimos en un sentimiento nacional. Volvimos a sentir orgullo por la patria. Revivimos la esperanza, en medio de un derroche de alegría, de entusiasmo y hermandad…
Ganamos en la cancha, pero también fuera de ella. En tandas de 90 minutos, vencimos nuestras diferencias. Caminos por el mismo sendero de la victoria. Soñamos juntos el deseo de llegar por primera vez a una final. Y degustamos juntos el buen sabor de haber hecho historia.
La ciudad sirvió de testigo. Como un fenómeno casi espontáneo, las plazas volvieron a ser lugares de encuentro. La Alfredo Sadel, La Plaza Miranda y hasta La Plaza Venezuela acogieron a miles y miles de fanáticos, quienes ajenos a los miedos cotidianos se adueñaron del espacio público para compartir con el otro la grandeza de un equipo.
Hoy, mi deseo -y creo que el de muchos también- es que este sentimiento perdure. Que se mantenga la esperanza. Y que eso que hemos vivido y que no sabemos cómo describirlo se convierta en acciones concretas. Porque comprobamos que sabemos hacerlo y que lo podemos lograr. Venezuela #sisepuede, carajo!



Mirelis Morales Tovar/ @mi_mo_to
Facebook: Caracas: ciudad de furia, ciudad de calma

1 comentario:

  1. Si, definitivamente no hay palabras para describirle al mundo lo que sentimos como nación y lo importante que es para Venezuela esta unión, que surgió de apoyar lo nuestro, de sentir un orgullo, de que los ojos se te pongan aguados de la alegría mezclada con la nostalgia de "coño, que lindo volver a ser por 90 minutos diarios la pana de todos".

    Aquí en Venezuela, cuando estamos en un estadio de béisbol o de fútbol, el de al lado es tu pana del alma, con el que mentas madres si anota el contrario o te abrazas si metes un gol o un homerun; pero diferente. Aunque en otra parte del mundo eso pueda pasar, aquí es diferente. Porque en efecto, ese tipo de al lado podría convertirse en tu mejor amigo y ese sentimiento se te va al corazón, se te mete en el alma.

    Ser "La Cenicienta" de Suramérica en fútbol, mintras para todos es una burla, para nosotros es un impulso. Eso quedó demostrado. Pasó algo maravilloso esta Copa: ahora Venezuela ES un país CON y DE fútbol...y todos estamos orgullosos y felices con ello.

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